jueves, noviembre 30, 2006

Ya nadie baila el “Pasito Cachaco”

Ir de rumba a una discoteca era tan común como ir a Unicentro a pasear la familia y comer helado.
Si bien la primera opción es poco practicada hoy en día, es increíble que todavía hay familias enteras que van a Unicentro a caminar, vitrinear y a comer helado.
El programa de la discoteca era un plan como de levante o eso pensaba yo al ver sitios como la Píldora, la Mamut Rosa y el famosísimo San Carlos o "Finger Palace" como se le conocía y aún se recuerda. No tuve el placer de frecuentar esos lugares por un tema de edad principalmente pero si me tocó un híbrido que surgió como alternativa juvenil en el que se promovía la rumba en horario matinal (como los cines) y que abría sus puertas a partir de las 2 de la tarde el sábado.
Recuerdo muy bien RIO que estaba localizado en la 98 con 15 cuando aún esa carrera era de doble vía y estaba ubicada justo encima de Presto frente a un parque que fue luego escenario de tremendas peleas y tropeles entre los famosos Biyis (beeg’s, billis…).
La entrada a RIO en 1981 costaba $ 200 pesos y daba derecho a un recinto en el que la música sonaba durísimo, no había ventanas, o si las había pero no se podían abrir y además no dejaban ver hacia la calle y mucho menos de la calle hacia adentro. Recuerdo que las ventanas sudaban al mejor estilo de un baño turco gracias al hacinamiento de todos los que estábamos en el lugar y algunos asiduos visitantes lucían una pañoleta de color rojo en sus frentes y otros más avanzados en la moda usaban los jeans con una bota recogida o mejor dicho con el dobladillo a más de 10 dedos del zapato que contrastaba con la media blanca, tenis Stan Smith de Adidas y saco rojo Lacoste abierto.
En ese entonces el pasito cachaco era la sensación en materia de baile y era un zangoloteo que asemejaba al juego de la Golosa, solo que intercambiando los pies hacía adelante y atrás y brincando sobre el mismo punto fijo. El pasito cachaco era perfecto porque era individual, para hacerlo había que bailar solo so pena de patear a la pareja en la “canilla” lo que además de doloroso sería un oso monumental.
El pasito cachaco era la muestra de libertad total, era sublime porque permitía bailar solo y al ritmo que se quisiera y de esa manera cada cual en el lugar bailaba a su antojo y desprevenidamente al estilo Woodstock donde cada quien en medio de su traba bailaba como bien le viniera en gana sin reproches y sin miradas extrañas.
El pasito Cachaco fue el baile inédito creado en Bogotá y que nunca recibió el mérito de perdurar con los años como si lo sigue siendo vitrinear y comer helado en Unicentro.
¿Usted si aprendió a bailar el pasito Cachaco?

lunes, noviembre 27, 2006

disco

A pesar de conocer muchas personas que repitieron incansablemente Saturday Night Fever y que Alfonso Lizarazo promoviera a los mejores bailarines en su programa Baila de Rumba, pocas veces vimos tan buenas coreografías... excepto por Sandra, una dientoncita chusca que hacía las coreografías en este programa. Algo así como las super notas del Show de Jimmy, pero menos lobas. A todas estas, alguien ha notado el gran parecido entre Klaus Meine cantante de Scorpions y Alfonso Lizarazo?