
Fumad y Bebed, todos de él... y uno se sentía grande
El proceso de crecimiento incluye una etapa muy importante, la del alcohol y el cigarrillo. Sin esta etapa la llegada a la adultez queda medio coja y ahora conozco muchos casos de fulanos cuasi cuarentones que se emborrachan siempre que hay trago, como desquitándose de lo que NO hicieron en su adolescencia. Aunque hay otros que siguen creyéndose adolescentes y se la siguen PEGANDO.
Beber y fumar era una especie de grito de independencia que dejaba a atrás la infancia para abrir paso a esa etapa de sentirse "Grande", realmente uno debería verse muy chistoso a los 15 con un cigarrillo (Montecarlo azul, porque el Marlboro era muy fuerte para el pechito) y un vaso de trago (cualquiera con más de 40 grados de alcohol) o por lo menos eso concluyo cuando veo a los adolescentes de hoy en el mismo plan que iniciamos hace más de 2 décadas y me pregunto: "así de PELOTAS nos veríamos en ese entonces?". La respuesta es un contundente NO, porque éramos distintos, nosotros SI éramos "grandes" y no nos veíamos tan peladitos como los de ahora (como no). En los 80's había una taberna que se puso de moda y era sobre la cra 15 con 78. Se llamaba El Fuerte y servían la cerveza de a litro. La primera vez que me tomé un litro de cerveza quedé perfectamente PEADO mientras el resto de mis amigos aparentemente se encontraban muy sobrios y dispuestos a pedir el segundo litro.
Luego vino el descubrimiento de otra taberna sobre la 15, pero esta vez como por la 106 o la 98 (lagunas normales) que se llamaba El Sheriff y posteriormente el gran descubrimiento en Pasadena: GREEN HOUSE donde siempre había un grupito tocando música tropical y salsa en vivo. Para ese entonces el nivel de consumo había llegado a 2 litros e igual quedaba tan RASCADO como la primera vez que me tomé 1. Ahora bien, la ida a estas tabernas era el preámbulo de una larga noche de juerga porque la tomada de los 2 litros era apenas un calentamiento para proseguir luego en la casa de alguna amiga que ese viernes se había ofrecido muy comedidamente en el recreo del colegio para dar una rumbita casera. Obviamente el recorrido en buseta desde la taberna a la casa de la respectiva rumba era una vaina complicada, porque El SERENO hacía estragos, revolvía el estómago y hacía devolver atenciones con lo uno quedaba como nuevo y listo par arrancar la segunda faena de alcohol mientras se hacían los respectivos movimientos tácticos a ver a quién se le iba a caer esa noche...
¿Cómo y en dónde era su preámbulo de rumba?