lunes, octubre 09, 2006


Cuando la música que suena no la entendemos es porque estamos viejos

Siempre he insistido que las brechas generacionales no se dan necesariamente por la edad, ni por las arrugas ni por la cantidad de canas que afloran en el pelo, aunque hay ciertos detalles que si van reflejando que ya nos somos tan peladitos como nos creemos: cejas despeinadas, pelos en la nariz y más pelos en las orejas. Estas últimas características son inmondables, como dirían en la costa o simplemente imposibles de no vivir o experimentar en otras palabras.
Es evidente que los años van haciendo estragos y eso ayuda a forjar las brechas generacionales, pero existe una variable en particular que nos demuestra súbitamente que ya estamos en otro cuento y es la música.
De alguna manera u otra hemos sido flexibles en materia musical y por ende hemos podido disfrutar de varias épocas con sus consabidas oleadas musicales incluyendo todo lo retro como twist, rock n’ roll, rock en español, música de plancha, punk, y música que nunca pasa de moda como el rock, jazz, música clásica, pop y más moderno como el tropi pop, la onda cross over, la fusión y hasta el hip hop, pero cuando suena Ivy Queen, Looney Tooney Noriega, Daddy Yankee, Don Omar y demás personajes que enarbolan la bandera del reggeton, es cuando uno se siente viejo.
Qué sonsonete tan HP (ahora que no me vengan los de Hewlett Packard a cobrar regalías ya que se han apoderado de estas dos letras). Realmente una canción es insoportable, dos canciones son un suplicio, tres canciones rayan en la muerte y más de tres son la malparidez absoluta. No hay derecho, ni izquierdo ni nada que pueda hacer que esta música sea considerada música. Es una falta de respeto, es una aberración musical, es un engendro del mal. Es la venganza de Kurt Cobain tras su suicidio. Estoy seguro que el tipo no quedó feliz con esa creación llamada Grunge que enterró el rock durante un lustro y allá en el mundo de los espíritus algún torcido logró para reencarnar de inmediato y además reencarnar en promotor y productor de Reggeton.
Los viejos siempre criticaron nuestra música (esta frase encaja perfectamente en todas las décadas y generaciones) y nunca entendimos por qué... pero ahora que estamos doblegados frente al reggeton, entiendo perfectamente por qué las guitarras eléctricas destemplaban sus tímpanos así como lo hacen ahora esas frases incoherentes como Perrea, nena perrea… (y no es un francés cantando)...
Si usted tampoco soporta el reggeton es porque ya entró al grupo de los viejos sin pagar peaje y sin darse cuenta.
Qué tanto le eriza el Reggeton?

Es hora ya de acostarse

Hay música que no se olvida, un ejemplo perfecto es el jingle de este comercial ochentero que perfectamente se puede cantar con los ojos cerrados.

con mis Gudiz soy feliz

Otra muestra de cómo la música marca momentos e historias como este comercial que refleja los 80's en su máxima expresión. Hay jingles que definitivamente no se olvidan a pesar del tiempo.