jueves, septiembre 28, 2006


UNA BUSETA LLAMADA PIPELINE

Crecer implica dolor, sacrificio, esfuerzo y plata, mucha plata. Porque el crecimiento implica dejar el estado de adolescente chiquitín para convertirse en pre universitario gastadorcín, o si no como diablos iba uno a probar las mieles de los bares si para entrar había que pagar cover que daba derecho a un trago.
Pipeline fue la sensación a finales de los 80s e inicios de los 90’s era un bar sin techo sobre la carrera 13 justo en la esquina de la 81. El sitio no tenía nada, de hecho no era nada, pero de un momento a otro se convirtió en el sitio más PLAY del momento; “marica es que es del putas” era tal vez el comentario generalizado que zumbaba en colegios y universidades que hacía de ese Word of Mouth una deliciosa invitación que despertaba el interés por ir y conocer Pipeline a toda costa.
La primera impresión fue de absoluta desilusión al llegar al sitio y ver un montón de cabezas apiñadas que dejaban entrever en sus manos un vaso de icopor blanco y un pitillo. Había una escalera gris que no llevaba a ninguna parte, era como la escalera al cielo de Zeppelín, como le llamaban los hippies puristas del español, y que como la canción no tenía principio ni final.
El bouncer o guardia de seguridad era un gorila con cara de malo muy serio y tosco que no dejaba entrar a nadie anteponiéndose a una reja gris muy alta que daba entrada al paraíso. La música sonaba duro y uno perfectamente al otro lado de la reja escuchaba y veía todo, nadie se movía, no pasaba nada y solo se escuchaban argumentos desesperados de los que estábamos afuera como “Hey loco, please, déjeme entrar que me están esperando adentro unos amigos” y paso seguido estiraba el brazo con un ademán de saludar a alguien para rematar “si ve, allá me están esperando” o la niña desesperada que agitaba sus brazos al tiempo que gritaba “Naty, Naty… marica dígale a Juan que venga y hable para que me dejen entrar”Después de un buen rato con ese patético espectáculo el bouncer dejó entrar a un grupillo en el que finalmente nos pudimos colar.
Wow estamos al otro lado de la reja… ¿Y ahora qué?
Entramos a ser parte del millar de cabezas apiñadas y tuvimos derecho a recibir un vaso blanco de icopor con un pitillo para disfrutar el famoso cocktail de la casa que era preparado con jugo de maracuyá y ya… eso fue todo, no se podía uno mover, la música sonaba igual que al otro lado de la reja, nos quedamos de pie más de dos horas hasta que se acabó la platica tomando esos coctelitos inofensivos y pudimos decir al unísono “marica es del putas” a sabiendas muy en el fondo del corazón y de la razón que había sido un plan muy marica.
¿A usted cómo le fue en Pipeline?

12 Comments:

At 5:44 a. m., Anonymous Anónimo said...

PIPELINE ERA DEL PUTAS. TENIA SU ENCANTO

 
At 9:21 a. m., Anonymous Anónimo said...

Totalmente de acuerdo con el blogger, era un plan muy "marica"...pero lo que venía después de salir, con la china que uno lograba levantarse adentro, era "pa' machos". Como todo bar, la gracia es que las nenas se emborrachen, pero uno no. Y, pues, Pipeline les daba la oportunidad de emborracharse "seguras" y además sintiéndose "play", que es lo único que les interesaba.

 
At 10:11 a. m., Anonymous Anónimo said...

Pipeline era una disculpa muy buena para restregarse en medio de la euforia de estar apretados sin derecho al reclamo

 
At 10:46 a. m., Anonymous Anónimo said...

PIPELINE ERA LO MAXIMO

 
At 9:11 a. m., Anonymous Anónimo said...

jaja, otra vez my buenas sus memorias ochenteras. Y especialmente la de pipeline que meparece estar viviendo casi que al pie de la letra.

 
At 6:03 p. m., Anonymous Anónimo said...

Como marics!, no te dejaban entrar? (que oso de maaan!. Seguro era porque Julius no te reconocio...pero fresh...naaada ha pasado....

 
At 8:08 p. m., Anonymous Anónimo said...

Como olvidar los cucarachos, y los pipelines, con sabor a maracuya....

 
At 5:11 p. m., Anonymous Anónimo said...

En que andara JULIUS, jajajaja hace 2 decadas el tipo mas importante en bogota hoy quien sabe.

 
At 8:21 p. m., Anonymous Anónimo said...

Ojalá no fuera como esas loberías de bares de hoy en día en bogotá, no había tropipop ni reggaeton, eso ya era un comienzo.

 
At 4:59 p. m., Anonymous Anónimo said...

Ya veo….. y yo que creí que los sitios de rumba malos y caros solo existían en estos tiempos. Compadre no es muy diferente de los sitios de rumba de hoy en día (Andrés, El salto del ángel, Lola, solo por nombrar algunos) donde el care chimba de la entrada es un cerdo de dos metros malacaroso, que finalmente si lo deja entrar a uno es para llegar a una dimensión resuspendida donde la música es ese bendito TROPIPOP que no lo quieren meter hasta por las nalgas (ya quisieran Palo de “Guadua”, Bonka o Fonseca ser costeños) esa música que habla de un país “alegre, bebedor, de mujeres bonitas, donde sobra la palta para echársela en planes maricas y……. y ya, solo falta que menciones nuestro fútbol o nuestra maravillosa biodiversidad o que hablen de Diosito y su ejercito de curas cacorros”. Todo para que una serie de imbeciles lleguen el lunes a su colegio o universidad (hay uno que otro cuarentón que llega a su empresa “comprometida con el país”) a decir “es del putas huevon, que chimba de sitio, el próximo fincho armamos parche de nuevo woooooo!”

 
At 9:24 p. m., Anonymous Anónimo said...

Este lugar era todo un mito, personajes de la talla de margarita rosa, carlos vives, papeto con sandra murcia o la que callera, vinchenzo, ana maria campilo y patricia castanieda, viki azuero, maria monica urbina y su combo vallenato, hernan zajar gritando de lado alado,jairo pineda casando reinitas, nano pobo, carlos zaens sus hermanitas y porsupuesto su tio, maria elene ramirez,tatiana castro,sandra ocampo,monica maria izaza...claro despuestodos terminabamos en Keops

 
At 10:04 p. m., Blogger Unknown said...

Siiiii super

 

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